Descontaminación de pequeña cubierta de uralita de almacén

Durante el invierno de 2017, llevamos a cabo la retirada de la cubierta de uralita de un pequeño almacén en Granollers, un proyecto que se reveló como uno de los más complejos técnicamente a causa de diversas circunstancias imprevistas.

Etiquetas:

Tejados uralita

Fotografías

Descripción detallada

Se retiró la cubierta de uralita de un almacén en Granollers, un proyecto complejo porque las placas estaban fijadas con cemento, requiriendo un repicado controlado. El acceso difícil obligó a una retirada completamente manual de todo el material.

Se utilizó abundante líquido encapsulador para evitar la dispersión de fibras durante el trabajo. Por último, se limpió y descontaminó ampliamente la zona para eliminar cualquier resto de escombros y runa con amianto.

Cubierta después de la retirada (exterior)

Pequeña cubierta con amianto — Detalle de la doble cubierta exterior + interior

Detalle de los restos de escombros que también tuvieron que ser gestionados

Manipulación amianto — Envolviendo las placas por la carga y transporte

Envolviendo las placas por la carga y transporte

Unidad de Descontaminación — Ducha de descontaminación que llevamos al puesto de trabajo

Datos

Fecha:

Febrero 2017

Superficie:

800 m ²

Trabajos:

Cubierta

Localización:

Granollers

Descripción rápida

Retirada manual de una doble cubierta de uralita fijada con cemento revocado en un almacén de Granollers.
Uso intensivo de líquido encapsulador para controlar el polvo durante el repicado del mortero.
Trabajo logístico complejo con accesos estrechos que impidió el uso de maquinaria.
Limpieza y descontaminación exhaustiva de escombros con restos de amianto después de los trabajos.

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Descripción detallada

Dificultades del proyecto

La principal dificultad radicó en el método de fijación original de las placas: en lugar de utilizar tornillos, gran parte de la cubierta exterior había sido revocada directamente con cemento sobre la estructura.

Esto convirtió la simple extracción en una labor minuciosa que requirió el uso intensivo de líquido encapsulador para asegurar que el repicado controlado del mortero no generase polvo con fibras de amianto.

Además, la presencia de una doble cubierta, con un techo interior adicional también fabricado con placas onduladas de uralita, duplicó prácticamente el alcance del trabajo y la cantidad de material a gestionar.

Dificultades logísticas

Las complicaciones logísticas fueron igualmente significativas. Los accesos al almacén eran estrechos y difíciles, imposibilitando totalmente acercar los camiones o cualquier tipo de maquinaria pesada a la zona de trabajo directa.

Consecuentemente, todo el proceso tuvo que realizarse de forma manual . El equipo tuvo que desmontar, transportar y descargar cada una de las placas, una a una, desde la azotea hasta la calle principal, donde finalmente esperaba el camión grúa para su carga final y transporte al vertedero certificado para eliminar amianto.

Esta maniobra, aparte de físicamente exigente, incrementó el riesgo operativo y demandó un estricto cumplimiento de los protocolos de seguridad para todos los trabajadores.

Residuos secundarios generados

La fase final del proyecto consistió en la gestión de residuos secundarios generados. Los escombros y restos de cemento con posibles trazas de amianto, resultado del repicado, tuvieron que ser recogidas con la misma meticulosidad que las placas grandes. Se ejecutó una limpieza y descontaminación exhaustiva de toda el área afectada, asegurando que no quedaran restos de material peligroso.

Pese a las condiciones adversas, la obra se completó con éxito, entregando un espacio totalmente libre de amianto y demostrando la capacidad de adaptar los protocolos más seguros a situaciones logísticamente desafiantes.