Todo sobre el Amianto

¿Qué es el amianto?

Normativa, peligros, historia y más

El amianto es un tipo de fibrocemento (mineral en fibras microscópicas), que se fabrica a partir de ciertos minerales especiales metamórficos.

Los minerales y rocas metamórficas son aquellas que se han formado por la mezcla o combinación de otras rocas preexistentes, normalmente a través de grandes presiones y temperaturas.

En España el fibrocemento o amianto fue ampliamente comercializado por la empresa Uralita, precisamente empresa de la que este material adoptó su nombre.

Fotografia d'una teulada d'uralita amb amiant en una nau industrial

Amianto: ¿qué es?

El amianto es un mineral compuesto de materiales fibrosos, normalmente magnesio, calcio y silicio. Se ha utilizado en la construcción, industria y productos de consumo durante siglos: se tiene constancia del uso del amianto ya en tiempos del imperio romano e incluso antes.

Sus múltiples propiedades como aislante térmico, acústico y eléctrico, así como su resistencia al calor, al roce, a los ataques de productos químicos como los ácidos, y su flexibilidad al manipularlo le han convertido en un material de uso frecuente en muchas industrias.

¿Qué tipos de rocas de amianto existen?

Existen diferentes tipos de amianto. Las variantes más comunes son: el amianto marrón, el amianto amarillo, el amianto blanco, el amianto azul y la tremoleta.

De todas las rocas que encontramos dentro de la familia de los amianto, los más comunes son:

  • El amianto blanco, o crisotilo, es el tipo más común de amianto y está compuesto principalmente de magnesio y hierro.
  • El amianto azul, o crocidolita, es una variante del amianto de color azul que se compone principalmente de sodio y magnesio.
  • El amianto marrón, o amosita, se compone principalmente de silicatos y hierro.
  • La tremolita es una variante del amianto compuesta principalmente de aluminio y magnesio.

Si quieres ampliar información echa un vistazo a este artículo sobre los tipos de amianto que existen

Historia del amianto: ¿desde cuándo se utiliza?

Aunque no tenemos datos exactos de cuándo se empezó a utilizar la fibra de roca de amianto para la fabricación de productos, se cree que el amianto se empezó a explotar por primera vez alrededor del año 4000 aC, en la Edad de Piedra. Los arqueólogos han descubierto fibras de amianto en posibles mechas de lámparas y velas.

Grecia antigua e imperio romano: primeros usos confirmados

ruïnes gregues
Los griegos ya utilizaban fibras de amianto para confeccionar ropa ignífuga, ya que las fibras de amianto no se queman.

Sí que se tiene constancia de que a partir del año 1.000 aC, los griegos y más tarde los romanos utilizaban el amianto por sus cualidades duraderas y resistentes a las llamas, sobre todo para fabricar materiales de construcción, y la confección de prendas de vestir.

De hecho, la utilización de las fibras de amianto para fabricar tejidos que eran 100% ingífugos fue lo que le dio el nombre a este material: la palabra asbesto proviene del griego ἄσβεστος (que significa “incombustible”, “inextinguible”). La palabra asbesto se tradujo al latín como amiantus que se podría traducir como “que no se mancha”.

Sin embargo, ya en tiempos del imperio romano se sospechaba que las fibras de las rocas de amianto eran de alguna manera tóxicas, ya que la mayoría de los mineros que extraían amianto, así como trabajadores que lo manipulaban, morían más jóvenes y debido a enfermedades pulmonares poco frecuentes para el resto de la población en general.

La explotación moderna del amianto

En el siglo XX, especialmente a partir de los años 50 y 60, la explotación de las minas de amianto se multiplicó, y fue cuando este mineral, por desgracia, vio su fiebre del oro particular. Recordemos que al ser fibras flexibles de origen mineral, todo lo que fabriques con amianto no se quema y es resistente a la fricción y el fuego: la industria quiso explotar sus propiedades al máximo y se utilizó en construcción, para frenos y embragues de coches y trenes, para fabricar ropa ignífuga para bomberos, cerámica… Esto condujo al auge del amianto como importante mineral industrial.

Las placas de fibrocemento, material descubierto en Austria por Fritz Hatschek a finales del siglo XIX mezclando cemento con amianto, hicieron que el amianto entrase en la industria de la construcción por sus propiedades como material resistente, duradero e ignífugo.

El uso del amianto estuvo muy extendido durante todo el siglo XX, hasta la década de 1990, cuando finalmente se hizo público el reconocimiento de los riesgos para la salud de las partículas de polvo de amianto. Desde entonces, el amianto está prohibido en la construcción convencional y en la ignifugación en la mayoría de países del mundo.

Historia del amianto en España

Plaques d'uralita abandonades
Placas de uralita abandonadas

En España, el uso y comercialización del amianto empezó en 1909 cuando los hermanos Roviralta hacen fundar la empresa Uralita en Cerdanyola del Vallès (Barcelona). A nivel mundial la marca Uralita fue de las más importantes: la fábrica de Barcelona fue la tercera fábrica en ponerse en marcha en todo el mundo destinada a la fabricación de placas de fibrocemento.

Los hermanos Roviralta fueron perseguidos por el franquismo y se exiliaron en Francia, así que el control de Uralita pasó a la familia Juan March en 1954. Las primeras muertes de trabajadores de Uralita empezaron a producirse en los años 70, décadas después de la exposición al amianto. Las investigaciones enseguida determinaron que los problemas de salud de los trabajadores eran causados por haber respirado de forma continua, sin ningún tipo de protección, y durante décadas, fibras de mineral se asbesto durante los procesos de manipulación de amianto para fabricar placas de fibrocemento.

Uralita tuvo una presencia tan destacada en el mercado del fibrocemento con amianto y fabricó en cantidades tan grandes, que todavía hoy muchos se refieren al amianto como “uralita”.

¿Dónde podemos encontrar amianto?

El amianto como mineral y roca se encuentra prácticamente en toda la naturaleza, normalmente adherido a una roca madre en capas de las que se extrae, manipula y prepara hasta obtener el producto final de interés comercial. Los yacimientos más importantes se encuentran en EE.UU., Canadá, Sudáfrica, China y Rusia.

En España, el amianto está prohibido desde 2002, pero todavía puede encontrarse en edificios o instalaciones industriales construidos durante la segunda mitad del siglo XX. Es importante realizar inspecciones periódicas para detectar la presencia de amianto y poder eliminarlo.

Aunque la mayoría de fibrocemento se utilizó para la fabricación de placas para cubiertas de edificios e instalaciones, también se utilizó esporádicamente en otros sectores. Actualmente, todo el amianto a retirar se encuentra generalmente en los siguientes lugares:

Productos y materiales que suelen contener amianto o fabricados con amianto

En el caso del mundo de la construcción, el amianto o fibrocemento está presente en muchas construcciones e instalaciones edificadas durante las décadas de los 80 y 90, debiendo ser retiradas paulatinamente según la normativa y política ambiental para evitar riesgos.

Si quieres ampliar información echa un vistazo a este artículo sobre dónde podemos encontrar amianto en casa.

Enfermedades derivadas de la exposición al amianto

Radiografia dels pulmons d'un pacient

En general, el hecho de estar en contacto con el amianto no supone un riesgo per-se, pero sí lo es cuando el contacto es frecuente. También durante operaciones de corte, manipulaciones o derribos y cuando el material se encuentra muy envejecido o en mal estado.

En estos casos las fibras microscópicas que lo componen quedan en suspensión en el aire o se adhieren a la ropa, convirtiéndolas en fácilmente respirables y facilitando que entren en el cuerpo humano.

Hace años que se sabe que la exposición constante a amianto puede provocar enfermedades muy graves. Por eso el Real decreto 396/2006, hace ya 13 años atrás, tipificaba las medidas de higiene, equipos necesarios y normativa de seguridad que debían seguir los trabajadores encargados de un desamiantado.

El amianto provoca ciertas enfermedades bastante agresivas y que pueden tener un diagnóstico bastante desfavorable.

Asbestosis

La asbestosis es una enfermedad pulmonar grave y frecuentemente mortal causada por la exposición prolongada a fibras de amianto. Se clasifica como enfermedad pulmonar intersticial, lo que significa que afecta a los tejidos situados entre los alvéolos que recubren los pulmones. La asbestosis suele diagnosticarse mediante una combinación de exámenes físicos, gammagrafías pulmonares y radiografías de tórax, y suele ir acompañada de otros síntomas como dificultad para respirar y tos persistente. El riesgo de desarrollar asbestosis aumenta con la exposición continuada ya largo plazo al amianto.

Cáncer de Pleura

El cáncer de pleura es un cáncer bastante poco frecuente que se manifiesta en el tejido que recubre los pulmones y la cavidad torácica. Hace ya muchos años que se demostró que la exposición prolongada y repetida al polvo del amianto puede aumentar el riesgo de que una persona desarrolle cáncer de pleura. Este tipo de cáncer tiene un período de latencia muy largo, lo que significa que los efectos sobre la salud pueden tardar años en manifestarse después de la exposición inicial. Entre los síntomas habituales del cáncer de pleura se encuentran el dolor torácico y la dificultad para respirar.

Mesotelioma

El mesotelioma es un cáncer muy agresivo y con una tasa de mortalidad muy elevada causada principalmente por la exposición a fibras de amianto. Suele aparecer en las membranas pleurales de los pulmones o en el peritoneo del abdomen, y tiene un período de latencia de 10-50 años después de la exposición inicial y se sabe que es difícil de tratar. Los síntomas más frecuentes asociados al mesotelioma son dolor abdominal, dolor torácico y dificultad para respirar. El mesotelioma es un tipo de cáncer poco frecuente pero agresivo, y en el 90% de los casos se da en personas que han estado expuestas a amianto.

No te expongas al amianto

La mejor manera de prevenir riesgos en tu salud es minimizar la exposición al amianto, y por tanto, evitar a toda costa el contacto con materiales que lo contengan. Esto puede ser muy difícil para quienes trabajan en puestos de trabajo en los que hay amianto, como la construcción y el trabajo en fábricas. En estos casos, y según marca la normativa, se deben utilizar equipos de protección adecuados cuando se trabaja con amianto, como respiradores, guantes y ropa protectora.

¿Cómo saber si un material tiene amianto?

Si no estás seguro sobre si un material de tu vivienda o una vivienda a reformar contiene amianto, existen diversas técnicas y procesos que puedes llevar a cabo.

Con la edad del edificio

Antes de proceder, es importante identificar la antigüedad de la construcción de tu inmueble. El amianto se utilizó hasta principios de los años 2.000, por lo que si la construcción se realizó antes de esa fecha, es muy probable que se utilizara amianto en algunos de los materiales. Consulta el informe técnico del constructor, que debería indicarte qué materiales se utilizaron.

Siglas NT

Cuando se trate de cubiertas y tejados o de depósitos de fibrocemento, busca una inscripción que contenga las letras “NT” (acrónimo de las palabras “Nueva Tecnología”).

El acrónimo NT significa que se trata de fibrocemento sin amianto. Estas siglas pueden encontrarse en placas de uralita modernas y se trata de un símbolo presente a nivel europeo.

Solicitar pruebas de laboratorio

En caso de sospechas fundadas de presencia de amianto, se recomienda recoger muestras y enviarlas a un laboratorio especializado para confirmar la presencia del material.

Esto sólo debe realizarse a través de una empresa especializada y que sean ellos quienes recojan las muestras, ya que no puedes tú mismo manipular, cortar y recoger las muestras.

Si quieres ampliar información, en nuestro blog tenemos un artículo sobre cómo saber si un material contiene amianto.

Normativa que prohíbe y regula la manipulación y retirada de amianto

En España, el uso y la comercialización del amianto están prohibidos desde 2002, después de la Orden ministerial promulgada en diciembre de 2001.

Prohibición de la comercialización de amianto

En 2002, el Real Decreto 1406/1989, de 10 de noviembre, fue modificado por una Orden ministerial, en concreto la Orden de 7 de diciembre de 2001, para limitar y regular la comercialización de sustancias que contienen amianto.

Este decreto estableció prohibiciones sobre el almacenamiento, manipulación, clasificación y eliminación del amianto, así como sobre su uso en la construcción y fabricación de bienes industriales. El Decreto también incluye una serie de precauciones y estrictas normativas de seguridad laboral que deben seguirse al trabajar con amianto, como el uso de ropa protectora, respiradores y guantes.

Normativa de seguridad para manipular amianto

Algunos años más tarde, concretamente en 2006, entró en vigor el Real Decreto 369/2006 de 31 de marzo, que establece las medidas de seguridad, prevención de riesgos laborales y de salud aplicables a aquellos trabajos con riesgo de exposición a amianto.

El RD 396/2006 marcó el conjunto de medidas de seguridad que debía implementar cualquier empresa de retirada de amianto y todo aquel trabajador que manipulase amianto en su puesto de trabajo.

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Preguntas frecuentes sobre el amianto

El amianto es un conjunto de minerales en forma de fibras naturalmente presentes en en la naturaleza. Las fibras de esos minerales son altamente tóxicas y exponerse a ellas a largo plazo provoca enfermedades muy graves.

El amianto friable son todos aquellos materiales fabricados con amianto que son muy blandos y se pueden pulverizar o disgregar con la propia mano.

Las tres enfermedades más graves que provoca el amianto son la asbestosis, el cáncer de pulmón y el cáncer de pleura.

Los dos tipos de amianto más tóxicos, el amianto azul y el amianto marrón, están prohibidos desde 1984 y 1993. El amianto en general se prohibió totalmente en 2001.

Podemos encontrar amianto en materiales de construcción (placas de uralita, cerámicas, aislamientos, depósitos y bajantes…) así como en componentes de automoción (frenos, embragues…) y de la industria naval y siderúrgica.